EGIPTO
ARTE EGIPCIO:
Se trata de un arte áulico, al servicio del poder de una civilización teocrática a cuya cabeza estaba el faraón. Fue un arte inmutable a lo largo de un inmenso período de tiempo: desde 3100 a.C. hasta el 30 a.C
El arte egipcio es un arte que está muy relacionado con el medio en el que se desarrolla. Este medio influye en diferentes aspectos: por un lado el medio geográfico determina una cultura cerrada que hace un arte impermeable a influencias exteriores, que va a evolucionar poco y cuando lo va a hacer va a ser sobre sus propias formas debido a la falta de comunicación con el exterior.
Por otro lado, el medio va a determinar unos materiales que nos indican una despreocupación por la vida terrestre y un deseo de eternizar la moral del difunto y del dios, por lo que el arte muchas veces está en función de templos y tumbas. Esto está relacionado con los dos factores determinantes del arte que también vienen dados por el medio: la monarquía y la religión.
Así, el faraón (y los nobles) y los sacerdotes van a ser los principales clientes. Se trata de un arte aúlico y oficial, que se desarrolla en virtud de la religión fundamentalmente, y a ésta está vinculado el faraón. No es por tanto un arte autónomo.
El arte egipcio está siempre sometido a unas normas, por esto
es muy semejante y monótono, tan homogéneo. Es un arte estereotipado en el que
se valora más la precisión del acabado que la originalidad. Además, tienen un
gran carácter simbólico y mágico.
UBICACIÓN
Los Egipcios lograron desarrollarse hace 5,000 años gracias
a las periódicas inundaciones del Nilo. El territorio habitable de Egipto,
posee la forma de una estrecha faja, que atraviesa de norte a sur el río Nilo,
el más largo de África, con 6.853 km de extensión. Geográficamente posee dos
regiones, el Alto y Bajo Egipto. La primera se encuentra en el sur, desde Asuán
hasta el Cairo y la segunda, comprende
desde el Cairo por el norte, hasta la desembocadura en el mar Mediterráneo. La
parte sur esta caracterizada por ser un terreno accidentado, lo que origina la
existencia de varias cataratas, lagos en las montañas y el valle, que es
realmente estrecho (15 km en el mejor de los casos) mientras que el delta es un
área en el norte , de 600 km de contorno, excelente para la agricultura.
PERIODOS DEL ANTIGUO EGIPTO
PREHISTORIA:
· En sus inicios hubo una mezcla de tribus de
origen semítico. Hasta el IV Milenio a.C. se desarrolló la escritura.
Existieron pequeños reinos llamados "nomos", los cuales poseían sus
propias leyes y cultos.
·
Existía ciertas jerarquía social, destacado la
clase sacerdotal.
·
Egipto se unifica hacia el año 3.200 a.C. por el
faraón Memes.
REINO ANTIGUO 2.800-2.000 a.C.:
·
Su capital era la ciudad de Menfis (delta del
Nilo).
·
Los faraones eran considerados "seres
divinos" y construyeron pirámides como tumbas reales (Pirámides de Giza).
·
Hacia el año 2.400 a.C. se debilita el poder del
faraón frente a la clase sacerdotal. Feudalización del Estado.
REINO MEDIO 2.000-1.700 a.C.
·
Los principales de Tebas reunifican Egipto y se
instalan en la ciudad de Tebas.
·
Desarrollo del comercio y las artes.
·
El estado egipcio era feudal y el poder del
faraón era débil en comparación al de los poderosos nobles locales.
·
Los hicsos invaden Egipto y se apoderan del
territorio de Delta del Nilo por 200 años. Introdujeron el carro de guerra, los
caballos y las armas de hierro.
IMPERIO 1.580- 1.100 a.C.
·
los principales de Tebas expulsan a los
invasores hicsos y reunifican el país, convirtiéndola en un Estado
expansionista.
·
Se establece en Estado teocrático a cargo del
culto al dios Amon-Ra y encabezados por faraones guerreros y poderosos.
DECADENCIA 1.100-48 a.C.
· Feudalización de Egipto.
Invasiones extranjeras: asirios, persas, macedonios y romanos
RELIGION
La religión
egipcia era de naturaleza politeísta, es decir, creían en varios dioses y
diosas, no en uno solo.
Las divinidades
tenían una apariencia mitad humana (antropomorfa) y mitad animal (zoomorfa).
Celebraban numerosos rituales, el más importante de los cuales estaba destinado
a propiciar las anheladas crecidas del río Nilo, tan necesarias para la
agricultura.
Al servicio de
la religión se encontraban los sacerdotes, que tenían un gran poder, atesoraban
grandes riquezas en sus templos y eran propietarios de una buena parte de las
tierras del país.
Los egipcios
creían en la vida del más allá, es decir, en la de ultratumba.
Los difuntos
eran enterrados en tumbas (pirámides, mastabas o hipogeos), algunas de ellas
pródigamente adornadas con pinturas, relieves y fabulosos ajuares funerarios.
Gracias a ello conocemos bastante bien su civilización.
Fruto de las
creencias del más allá era la momificación, es decir, la preparación
de difuntos para la otra vida. Los cuerpos de los muertos eran sometidos a un
largo proceso mediante el cual se les extraían las entrañas (depositadas
en vasos denominados "canopes") y, tras ser impregnados en
diversas sustancias, eran cuidadosamente vendados para preservar
el aspecto que tuvieron en vida.
Dioses de la
religión egipcia
La religión
egipcia creía en varios dioses, entre los principales se destacan:
Osiris, dios del inframundo. Fue uno de los
principales dioses y el primer rey de Egipto, considerado el creador de la
civilización humana. Cuenta la mitología que Osiris fue asesinado por su
hermano Seth y resucitado por su esposa Isis.
Horus, dios del cielo. Fue considerado el
protector de los reyes. Hijo de Osiris y de Isis, fue el que mató al dios Seth
luego de que asesinara a su padre, Osiris.
Seth, dios del caos. Fue el asesino de su
hermano, el dios Osiris, para robarle el trono. Resultó la deidad de la fuerza
bruta, lo incontenible y el dios de la sequía.
Isis, madre o diosa de todos los dioses. Fue
la reina de las diosas considerada una maga poderosa. Consiguió resucitar a su
marido, Osiris, y proteger a su hijo Horus.
Ra, dios del Sol. Fue representado con
cuerpo de hombre y cabeza de halcón y, cada noche, viajaba a combatir el mal y
el caos.
Amón, dios de lo oculto. Fue el rey de los
dioses que personificó lo oculto y el poder creador. Se fusionó con el dios del
Sol Ra y conformaron una deidad poderosa de Egipto: Amón-Ra.
Hapi, dios de la tierra fértil. Fue
considerado el responsable de las crecidas anuales del río Nilo que permitían
el desarrollo de los cultivos.
Hathor, diosa del cielo celeste. Fue la hija del dios del Sol, Ra, considerada la personificación del cielo que acompañaba a las almas en su viaje luego de la muerte.
ARQUITECTURA
La arquitectura
egipcia es fundamental porque a ella se vinculan la escultura y la pintura.
En ella se acusa mucho
la influencia del medio en el que se desarrolla. Características principales:
- Es una arquitectura horizontal (igual que el paisaje de Egipto)
- Es una arquitectura arquitrabada; aunque conocen la bóveda y el arco no lo utilizan
- Es una arquitectura realizada en piedra, que daba una gran consistencia a los edificios que ha llegado hasta nuestros días.
- En un primer momento se usaron la madera, el adobe y el ladrillo, pero dejan de usarse como material principal ya en el Imperio Antiguo.
- Es una arquitectura monumental
- Utiliza unos soportes que son los que nos definen el arte egipcio:
- El muro: tiende a tener forma de talud, suele estar ligeramente inclinado y generalmente termina con una moldura de forma convexa llamada gola
- El pilar: no es el soporte más usado, sólo para reforzar algunos muros, especialmente en el Imperio Antiguo y por imitación en el Nuevo. El pilar de planta rectangular es el más utilizado, a veces está acanalado. Sin embargo, el más importante es el pilar osiriaco, que aunque aparece en el Imperio Medio es característico del Nuevo. Se trata de un pilar de sección cuadrada que en una de sus caras lleva adosada una estatua de Osiris con la cara del faraón.
La columna: es el soporte más característico.
Tipos de
columnas
Columna
cilíndrica: es la más
sencilla, con el fuste circular y liso y sin capitel.
Columna
acanalada o protodórica:
fuste acanalado y sin capitel, usada en el Imperio Antiguo y en el Nuevo
Columna
lotiforme: con basa, el
arranque del fuste ligeramente bulboso, fuste fasticular (formado por los
tallos de la flor) con fastículos semicirculares y capitel en forma de flor de
loto con el capullo cerrado. Utilizado a partir del Imperio Antiguo.
Columna
papiriforme:
prácticamente igual que la anterior y utilizada también a partir del Imperio
Antiguo, cuyas únicas diferencias son que el capitel tiene forma de flor de
papiro con el capullo cerrado (casi igual a la de loto) y que los fastículos
tienen forma triangular, formando una arista.
Columna
campaniforme: igual a
la anterior con la diferencia de que el capitel en vez de tener el capullo
cerrado, lo tiene abierto, formando un capitel campaniforme.
Columna
monóstila: igual a la
anterior, pero con el fuste liso. Es propia del Imperio Nuevo.
Columna
palmiforme: con el
fuste liso y el capitel en forma de hojas de palmera abiertas muy bien
dibujadas.
Columna
hathórica: propia del
Imperio Nuevo. Tiene el fuste generalmente liso y un capitel con la efigie de
la diosa Hathor. Suele aparecer en los templos dedicados a esta diosa y muchas
veces está complementada con el sistro, un instrumento musical utilizado en las
procesiones a esta diosa.
Columna
compleja o compuesta:
Es propia de la Baja Época, especialmente la época Ptolemaica. Tiene el capital
formado por distintas flores. A veces también se utilizan elementos
arquitectónicos y caras.
Arquitectura
egipcia imperecedera y perecedera
La arquitectura
egipcia se puede dividir en dos grupos:
Arquitectura
imperecedera
Pensada y
realizada para la eternidad: fundamentalmente la arquitectura religiosa; tumbas
y templos. Se han conservado sobretodo las de carácter funerario por estar
alejadas de los principales centros, y también los templos cercanos a ellos.
Arquitectura
perecedera
la escultura egipcia constituye un capítulo muy interesante en sus dos facetas: escultura de bulto y de relieve, y en ambas se darán prácticamente las mismas características. La escultura egipcia surge como representación de la imagen como un elemento de supervivencia. Es el medio para fijar la personalidad del dios o del difunto. Además está escultura sirve para la celebración de prácticas religiosas que requiere el difunto para su peregrinación al otro mundo y la escultura divina para ofrecerle las ofrendas.
El lugar de ubicación es fundamentalmente en las tumbas y en el sancta sanctorum del templo. Probablemente también había en los palacios, pero no como elemento de supervivencia sino simplemente como elemento de ornamentación. La figura del faraón es la que implanta la iconografía, los modelos y las formas en que se hará el resto de la escultura. Las características principales se mantienen sin cambios importantes a lo largo de todos los Imperios, aunque se pueden observar pequeñas variaciones:
Mantienen un
carácter de rigidez, hieratismo, son muy estáticas. Esto es una manera de
transmitir la permanencia (quieren mantener o fijar la vida). Cuando hay
representado un episodio, son escenas relacionadas con la transitoriedad. Esto
se ve en las esculturas de los servidores, los nobles y sobre todo del faraón,
muy hierático.
En la escultura
de bulto redondo se evitan todo tipo de salientes para evitar el riesgo de
roturas.
Todas obedecen
el principio o la ley de la frontalidad (formulada por el danés Lange en el
siglo XIX), son esculturas muy frontales, muy simétricas. Esto se mantendrá en
la Antigüedad hasta Grecia.
Hay una gran
geometrización, la estatua se articula con planos horizontales y verticales, de
forma octogonal.
Los materiales
más normales son el granito, el basalto y la caliza. También se utilizaba la
madera o, si son pequeñas, otros materiales nobles, como el marfil. Para el
faraón se utilizarán los materiales más nobles.
Especialmente
las de madera y las de caliza se solían policromar y pueden llevar materiales
incrustados, sobre todo en los ojos, para dar mayor vida a la escultura.
El tamaño es
variable, hay algunas grandes, otras de tamaño natural y otras pequeñas, pero
sí se busca una cierta proporción, nunca hay miembros que desentonen, incluso
en las estatuas colosales.
Realismo,
aunque va hacia el idealismo en muchas ocasiones. Son retratos muy veraces de
animales y del faraón, aunque en su caso se suelen evitar los defectos.
Actitud de
calma y equilibrio. Esto también está relacionado con el hieratismo y nos
llevaría a una cierta monotonía
Pueden estar
decorados con jeroglíficos, sobre todo en las vestiduras o en la base sobre la
que se apoyan, lo que en muchas ocasiones permite identificar a la figura.
Los relieves suelen
ser bajorrelieves, que suelen estar siempre policromados. Van a tener una mayor
movilidad que las estatuas, aunque con un movimiento rígido, un tanto
convencional. Estos relieves se rigen por la ley de la máxima claridad: se ve
la figura en relieve como si la viéramos desde distintos puntos de vista (ojos
y torso de frente, resto del cuerpo de perfil).
La escultura de
bulto se puede dividir en tres grupos: escultura del faraón, escultura
cortesana y escultura popular. Entre las dos primeras las diferencias son
mínimas, pero la popular sí es muy diferente.
compredemos los terminos:
Carácter funerario: las piezas más importantes proceden de los templos y de los sepulcros. El destino de muchas esculturas era sepultarlas en las tinieblas, de suerte que jamás fueron concebidas para el placer de la vista.
Los egipcios
admiten la existencia del alma. Pero ésta necesita del cuerpo. En todo ser hay
una fuerza vital o Ka (también llamado doble) que mantiene al
cuerpo. La destrucción de éste motiva la aniquilación del Ka y, por
lo tanto, la anulación del alma. De ello proviene el afán de conservar el cuerpo
por medio de prácticas de embalsamamiento, y mejor aún con auxilio de
representaciones, pues en Egipto persiste la vieja creencia prehistórica de que
la representación del objeto motiva la existencia del sujeto.
Aparte de ello,
las esculturas podían servir asimismo para la celebración de prácticas
religiosas que el difunto requería en su peregrinación de ultratumba.
La ley de la
frontalidad: responde
al deseo de evitar lo narrativo y episódico, que indica transitoriedad. Preside,
por tanto, un deseo de detener o fijar el curso de la vida. El bulto evita toda
clase de salientes (pegándose brazos y piernas al bloque) por riesgo de
roturas, ya que todo desperfecto afecta a la vida de ultratumba del difunto.
Aunque la cabeza se coloca de perfil, el ojo se representa de frente
para significar que la mirada tiene un carácter importantísimo en el ser
humano.
También en los
relieves y pinturas se observa la ley de la frontalidad: el que en
un relieve se pongan las extremidades de perfil, el tronco de frente y las
manos también de frente, es tanto como evitar también peligros de rotura. Otro
tanto puede decirse del relieve en rehundido, que protege a la figura y asegura
el perfil, que es lo que esencialmente define a la forma humana.
La simetría: surge por la necesidad de arbitrar una
composición. Es muy posible que en el desarrollo de la simetría haya contado
decisivamente el empleo de ciertos elementos técnicos, tales como el cilindro
sello, ya que el cilindro y la impronta que éste deja producen imágenes
simétricas si se las pone al lado, y de igual manera el cilindro ha
suministrado otro elemento estético, cual es la repetición serial.
El
simbolismo: el panteón
egipcio aparece densamente poblado, pese a las épocas de monoteísmo. El
atributo permite la identificación del dios. Anubis, dios de la muerte,
adopta la forma de perro lobo o chacal. Los faraones advienen a la
divinización, adquiriendo los atributos del dios: disco solar, símbolo de Amón o Ra;
halcón, símbolo de Horus, el sol naciente. En la frente del faraón se
yergue la cobra o áspid (ureus), símbolo de la protección de que está dotado el
soberano.
Existe a la vez
una simbología política, como es el reinado en los dos Egiptos: el Alto Egipto
(el sur) se caracteriza por una corona elevada sobre las sienes del faraón, y
por la flor de loto o lirio. El Bajo Egipto (el norte) se representa por una
corona truncada y por el papiro. La idea de reunificación de los dos reinos se
expresa por la unión de las dos coronas, el halcón y el buitre, y el pulmón con
la tráquea.
La
policromía: se aplicaba
a las esculturas de caliza, pero sobre todo a las de madera. La coloración es
simbólica, como lo prueba el que al hombre le apliquen una tonalidad ocre
oscura, y a la mujer un color claro amarillento. El ideal de «claridad» es
evidente, de suerte que hasta el sexo ha de diferenciarse rotundamente. Antes
de pintar, y para favorecer el asiento de la policromía, las esculturas
recibían una capa de estuco. Materias incrustadas en los ojos aumentaban la
vivacidad de éstos.
Espiritualidad: son figuras que poseen una misión
trascendente. Tienen los ojos dirigidos al infinito, la frente elevada, los
brazos adheridos al cuerpo, las plantas de los pies pegadas al suelo. Respiran
eternidad e idealismo.
El realismo se
destina a los hombres ordinarios, a los funcionarios y servidores. En éstos
hacen aparición la obesidad y otros defectos, como en los bufones que divierten
al soberano.
Aparecen
diversos tipos, como la estatua doble, de hombre y mujer, que testifica la alta
función social de ésta. Otra modalidad es la del escriba, que se muestra
sentado en el suelo, atento a la escritura, pregonando la elevada consideración
de esta función en Egipto.
Los egipcios
tallaron en todos los tamaños, desde lo colosal a lo diminuto, y en los más
diversos materiales: caliza blanda, madera, piedras duras y lujosas,
como el granito, el basalto, la diorita, la obsidiana, el pórfido, etc.
EL RELIEVE
Alcanzó gran
desarrollo: templos, tumbas y palacios se cubren materialmente de relieves. La
finalidad religiosa prevalece, pero no hay que olvidar el deseo de los faraones
por inmortalizar sus propias acciones. Así nace el relieve histórico. Con
frecuencia se acompañan estos relieves de inscripciones para
hacer más comprensible el tema: la escritura acude a la figura, por lo que la
identidad entre el relieve y la palabra es perfecta. Su ordenación es la propia
de la escritura: por pisos y en filas continuas, a la manera de rollos de
papiro. No existe separación entre las escenas, y para ordenar los episodios se
tienen en cuenta su importancia temática.
No existe la
perspectiva, ofreciéndose todo en primer plano. Para realzar la significación
del faraón, se le representa en tamaño mayor y con superior dignidad. Por
motivos de claridad, se evitan los entrecruzamientos, y aparecen todos los
dedos de cada mano. Una policromía adicional acentúa la nitidez de la figura,
que así se aísla del fondo.
El relieve es
generalmente plano. Existe una modalidad típica: el relieve excavado
o rehundido. Una vez fijado el perfil de la figura, se excava, ejecutándose en
el fondo un relieve plano. Lo que con ello se persigue es robustecer la línea
del contorno, que es la que mejor define a la figura. Se establece un violento
claroscuro. Las sombras son espesas, pero en el lado opuesto la luz resulta
vivísima. El efecto estético que de ello se deriva resulta muy grato.
La pintura se utilizaba
para decorar las paredes de templos y tumbas, así como para
ilustrar papiros.
Una técnica muy empleada fue la del fresco. Para conseguir los
colores los pigmentos se diluían en agua antes de ser aplicados sobre una pared
húmeda.
La temática era
muy variada y oscilaba entre las representaciones religiosas de
carácter simbólico (dioses, ritos) y las escenas de la vida
cotidiana ejecutadas con gran realismo. Hay numerosas representaciones
de plantas y animales.
Los personajes de mayor importancia (faraón, sacerdotes, etc.) se
pintaban en mayor tamaño que los de menor categoría.
Rasgo típico de
la pintura egipcia es que las figuras se dibujaban de perfil, quedando
únicamente de frente el tronco y los ojos.
Otra de sus características es la ausencia de perspectiva y el empleo
de colores planos, es decir, sin degradar o difuminar.
Por otra parte, los hombres se representaban con piel más oscura que
los de las mujeres.
Grandes ejemplares
Tumba de
Nebamum
Escena de viña más simple. No hay dibujo ni gran detallismo. Escena de
rituales, danzas y banquetes. Plañidera, que siempre se representan igual.
Tumba de
Ramose
Pese a que quedó acabada, seguramente por la aparición de la escuela amárnica,
es muy llamativa. Ya se habló del personaje en los relieves. Las pinturas son
alusivas al cortejo fúnebre. Hay dos registros: en el superior llevan el
féretro y en el inferior aparecen los servidores del difunto que llevan los
objetos que le acompañarán en la vida de ultratumba y las plañideras.
Tumba de
Sennefer
También es llamada "tumba de la viña" debido a las representaciones
de racimos en la parte alta, realizadas con un gran detallismo.
No hay división
en registros, sólo una escena de gran tamaño en la que aparecen Sennefer y su
esposa con un sacerdote que derrama sobre ellos un líquido purificador
representado por una línea en zigzag. La mujer lleva una gran cruz de la vida
en la mano. La escena está llena de jeroglíficos.
Tumba de
Nefertari
Esta tumba es más grande que las anteriores. La cámara del sarcófago está
sostenida por cuatro pilares cuadrangulares. El techo está pintado de azul con
estrellas amarillas, simbolizando el cielo. En los pilares hay dibujadas
figuras de dioses y están llenos de jeroglíficos. También tienen un zócalo y
una cenefa en forma de capitel.
También en esta
tumba hay una escena en la que está representada Nefertari dando una ofrenda a
la diosa Hathor, pero no las dos tierras sino simplemente ungüentos, perfumes,
etc. Hay perspectiva abatida en la mesa. Nefertari lleva una túnica blanca de
manga corta (típica de la época) y podemos ver su anatomía gracias a una línea
que la marca.
Otra escena en la que también sale
representada la reina es en la que está representada jugando al ajedrez, pero
no es una escena lúdica sino ritual: significa que la reina está recobrando la
vida, de la que el ajedrez es también símbolo. Con su vestido entreabierto y
desceñido, Nefertari muestra en su desnudo que ha vuelto a la vida en el
recogimiento de su tumba, idea ésta expresada por el tabernáculo o edículo que la
cobija.
Tumba de
Amenofis
Representa una sagrada conversación entre el faraón y el dios Osiris. Ambos
llevan sus atributos: Osiris lleva la corona del alto Egipto, la barba postiza
acabada en curva, callado, flagelo y cruz de la vida en las manos, que están
cruzadas y son lo único que sobresale del cuerpo, que está envuelto en lienzo.
El faraón lleva
el nemes de oro, el hureus, la barba postiza, está vestido con el faldellín,
etc. Hay un gran predominio del trazado, de hecho sólo hay policromía en
algunas partes, básicamente en los atributos y adornos de las dos figuras. Hay
un mayor hieratismo y se cumple la ley de la máxima claridad.
Capilla
funeraria de Tutmosis III
Estaba Dedicada al dios Amón. En la pared, aparece el faraón ofreciendo perfume
a Amón, que está entronizado mientras que el faraón permanece de pie. Hay
muchos jeroglíficos y están destacados sobre un fondo blanco. Hay cenefas de
colores que enmarcan la escena. Tiene una estructura abovedada y la bóveda está
pintada de azul con decoración de estrellas amarillas. Los colores se han
conservado perfectamente.
Conclusiones
el arte egipcio se centra más en la valorización
de la vida de ultra tumba. Los sacerdotes siguen siendo figuras muy importantes
en su sociedad, ya que como en Mesopotamia, sirve de nexo entre ambos mundos. Si
bien es cierto que hay arte en torno a su vida cotidiana y a los farones,
incluso en esta última resalta más por lo que se hará después de su muerte a lo
que se les brinda en vida.







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